COMITE EDUCATIVO PARA LA PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE DESASTRES
   
 
  NUESTRA HISTORIA

 

 

Preparados para

cualquier desastre


Por Juan Camilo Cardona Osorio

Una sirena retumba en las tres plantas de la Institución Educativa F
élix de Bedout Moreno. A su estridencia se suman cientos de silbidos, que emi­ten los arqueados labios de los estu­diantes mientras salen de sus aulas, al reconocer la alarma contra incen­dios. En medio del alboroto siguen las indicaciones que les han reitera­do, hasta el cansancio, los miembros del Comité Educativo de Prevención y Atención de Desastres, Cepad.

Menos de treinta segundos se demoran los alumnos en evacuar diecis
éis salones y filarse sobre las líneas de la cancha de microfútbol y los cuadros blancos de un table­ro gigante de ajedrez pintado en el patio. Los chicos se ven como fichas del juego ciencia mientras esperan las indicaciones de Jesús Elías Pérez, el coordinador. En el escenario, y fuera de él, la posición del profesor es la de muchas de estas fichas: rey, alfil, torre, caballo, o cualquier otra. En asuntos de prevención, él se mueve a sus anchas.

Otro que se perfila como buena ficha es Est
íven Ramírez Betancur que a sus catorce años es el presidente del grupo. Cuatro años de experiencia y trabajo ordenado le dan credibilidad ante sus compañeros. Entre el bullicio, toma todo con calma, mientras desactiva la alarma y reflexiona sobre los re­sultados. "Mantener la calma, pensar si el área es segura para mí, preguntar qué pasó y pedir ayuda... estos son los pasos de la actitud del auxiliador; muy importantes, porque de la calma depende lo que uno pueda hacer. Porque diga usted, ¿de qué sirve otro aporreado?", explica Estíven.

Mantener la calma

Atónito, perplejo y callado, como si presenciara una tragedia, quedó el profesor Jesús Elias cuando en el año 2004, recién llegado a la institución, le comunicaron que en su calidad de profesor de ciencias naturales y ecolo­gía debía apropiarse del montaje del Cepad, una exigencia de ley. "Empecé como entre dientes, pero me fui encarretando, porque los estudiantes son muy prestos a este tipo de iniciativas. Acá no había grupos juveniles relevan­tes, entonces convoqué a los interesados en los asuntos de prevención y tra­bajo comunitario, y me sorprendió que resultaron bastantes", recuerda Jesús Elias y piensa en ese día, cuando se vio rodeado de niños y debió decidir que solo participarían los que presentaran buenos resultados académicos.

"No tenía conocimientos previos pero mi pasión ha sido ser maestro y tratar de influir en el bienestar de la gente. Por ello vi el proyecto como una forma de ayudar a esta comunidad. Quería darles a los chicos la oportunidad de que en el colegio pudieran encontrarse como amigos, aprender cosas dis­tintas y adquirir valores personales", dice el profesor mientras ordena cientos de documentos en las nuevas estanterías del Rincón de la prevención, un lu­gar que les acondicionó el colegio, debajo de unas escaleras, como estímulo para que continuaran con este trabajo.

Lo que nacía como un grupo juvenil en el año 2004, muy pronto se con­virtió en un gran espacio de formación para los estudiantes y de orgullo para la institución. Uno de los primeros pasos fue diseñar su propio Plan de emergencias con el apoyo del Sistema de Prevención y Atención de Desastres de ellín, Simpad. En él identificaron y plantearon soluciones a los posibles os, inventariaron sus recursos y analizaron su grado de vulnerabilidad de acuerdo con las posibles amenazas. El mayor logro fue el diseño de las rutas y planes de evacuación, que se ponen en práctica y se revisan mínimo dos s por año, sin previo aviso y siempre con el llamado de las sirenas, los dos y las indicaciones que se dictan por el altavoz, a intención de seguir con el grupo trascendía el interés particular de tener imité y cumplir una norma legal. "Entre los muchachos hay de todo un conjunto de necesidades afectivas, deseos de orientación profesional, de aprender bomberotecnia, de ser enfermeros, de vivir aventuras. Algunos tienen conciencia de la prevención y otros más ya cuentan con un proyecto de vida. El Cepad no tiene como objetivo que los muchachos sigan el rumbo de los os de prevención, pero está orientado a que se edifiquen, a que salgan con una visión distinta de los organismos de socorro; que cuando vean carro de gas sepan qué significan esos cuadritos que nadie sabe qué son; cuando vean un extintor sepan de qué tipo es, para qué sirve, e identifiquen dónde están ubicados. Muchos entramos a un almacén grande o a un centro comercial y ni se nos ocurre mirar dónde están los extintores", explica el profesor Jesús Elías.

El esfuerzo por formular el plan de emergencias y comenzar a aplicar paulatinamente los correctivos dio sus frutos en el año 2006. "Participamos en el concurso Ideas preventivas del Simpad y quedamos de primeros entre ciento ochenta colegios" enfatiza Jesús Elías. El premio que obtuvieron fue la publicación del plan en una cartilla.

Para los funcionarios de la administración municipal que acompañan el proceso, el trabajo de la institución es satisfactorio. "Para nosotros, desde Simpad, es un orgullo contar con gente tan comprometida. En la Félix de Bedout Moreno hay mucho empeño, trabajo y compromiso, lo que garantiza que permanezcan en el tiempo. Ellos tienen programas de radio y televisión, una web con buena información, y su plan de emergencias es distribuido por toda la ciudad como ejemplo para instituciones que tienen un proceso muy incipiente", resalta Seneth Arredondo, enlace del comité con el Simpad, quien habla desde la experiencia, pues su equipo acompaña a ciento veinte instituciones de la ciudad.

 

Quizás en las veintisiete páginas de la cartilla no aparezcan plasmadas todas las gestiones que hace el grupo para dotarse de extintores, camillas, alarma y otros elementos, ni las palabras de alumnos como Carolina Zapata, que, con solo un mes de pertenecer al grupo, sueña con ser enfermera; ni las de María Alejandra Gómez, que son precisas: "Yo quiero aprender mucho de primeros auxilios y de evaluación primaria y prehospitalaria". Quizás esa publicación no lo diga todo, pero es el primero de muchos logros obtenidos por los más de veinte integrantes en reconocimiento a su labor. El primero, porque la lista es larga.

Pensar si el área es segura para mí

Los hombres usan jean azul y camisa blanca con un escudo en el pecho;  las mujeres, camisa blanca con una especie de corbata de la misma tela que tiene la falda de cuadros verdes. Todos se forman en el centro del colegio, en el mismo patio que en las horas de descanso usan para jugar, enamorarse o comer golosinas, y donde ahora están reunidos para escuchar las fallas ocurridas durante el simulacro. Sobre el gigante tablero de ajedrez, las fichas estudiantiles asienten con la cabeza, algunos miran al suelo, otros dejan entreabierta la boca, pero todos prestan atención.

 

El Cepad ha liderado varias acciones que comprometen a la comunidad educativa. Entre ellas se destacan la Semana de la prevención, que se ha he­cho desde el año 2005, y en la que los profesores dictan charlas y enfocan las clases a asuntos de prevención. "Se programan exposiciones, proyecciones de videos, representaciones teatrales de asuntos como prevención de incen­dios, deslizamientos y otros, actos culturales y desfiles por los alrededores de la institución con campañas de salud para la comunidad vecina" cuenta Jesús Elías.

La Institución Educativa Félix de Bedout Moreno está ubicada en la zona noroccidental de Medellín, en el barrio Téjelo de la comuna cinco. Está edificada sobre un terreno empinado que en el año de 1969 donó el empresario antioqueño del que tomó su nombre; este buen ciudadano quizás nunca pensó que su regalo se convertiría en un colegio que hoy alberga a 1.091 estudiantes y que tiene un impacto positivo en los barrios vecinos, como Florencia, Doce de Octubre, Pedregal y Girardot. En todos ellos, la institución proyecta sus acciones de prevención de desastres.

 

Del Félix, como conocen el colegio en la zona, han egresado varios alumnos que después de pertenecer al Cepad integran en la actualidad el comité barrial y contribuyen a crear lazos de cooperación entre ambos. "Con el comité barrial estamos asistiendo a unas prácticas muy bacanas, porque ya osas como más de verdad, más reales. Lo primero fue asimilar una de consignas del auxiliador: tener conciencia y confianza. Para esto, hicieron ejercicios como taparnos los ojos y escuchar a un compañero que nos a con la voz para salir de un lugar. Eso sirve, por ejemplo, para rescatar a alguien en una estructura derribada: uno entra, pero no tiene visibilidad, y el compañero sí, entonces él lo va sacando a uno con puras indicaciones" describe Santiago Marín, como si estuviera dramatizando la mejor escena de película de héroes.

 

Además de aprender sobre la actitud que debe tener el auxiliador, los integrantes del grupo se preguntan, cada vez con mayor profundidad, qué hacer :]ue el mundo sea cada vez más seguro para todos. Esto lo hacen a través de la investigación sobre asuntos de prevención y conservación. "Lo que quiere el grupo es tener un carácter investigativo y por eso cada uno tiene proyecto de libre elección, entre los que se cuentan Planes familiares de emergencia Calentamiento global, Cuidemos el agua desde casa, Protejamos el aire, Ahorremos en los servicios públicos, Fauna y flora del barrio, Cómo reciclar y disponer  baterías y pilas..." cuenta Estíven con los dedos de sus manos hasta que lo interrumpe David Berrío, uno de sus compañeros que se siente excluido de la enumeración: "Mi proyecto es sobre la forma de reutilizar el aceite de cocina, pues con eso se puede fabricar jabones, cosa que no sé todavía pero que estoy aprendiendo con la investigación".

Preguntar qué pasó

Por el altavoz retumba la voz de Jesús Elías, quien insta a los alumnos a poner atención a las observaciones hechas por el Cepad durante la evacua­ción. "¿Qué pasó?", esto se lo preguntan los estudiantes de los grados décimo y undécimo. Según el profesor, su salida fue la más demorada y por ser ellos los de más experiencia, esto resulta incomprensible. Quizás la demora de los muchachos tuvo que ver con la suave lluvia que a esta hora cae, o tal vez con la rebeldía de su edad, o más bien con las muchas veces que han hecho simulacros durante su permanencia en el colegio. Para poner remedio a la situación, habrá que reacomodar algunas fichas del ajedrez.

En noviembre del año 2007, esta formación, que hoy se moja con un pe­queña brisa, recibió una lluvia de aplausos, silbidos y vivas, cuando su rector les anunció que su trabajo de prevención había sido escogido como una de las mejores experiencias significativas en los premios Medellín, la más educa­da. "Lo del premio fue muy bueno. Saber que el colegio se ganaba algo así y por nuestra labor fue muy emocionante", comenta Santiago Marín, integrante del Cepad.

A la noche de premiación solo asistieron tres personas de la institución: el rector, el coordinador del Cepad y un docente que colabora activamente en el mismo equipo. "Nos pasó como a las reinas de belleza: nos nominaron de últimos. Cada vez que decían uno más, ¡qué susto!, y nada de nosotros. 'No quedamos, hombre, no quedamos', nos decíamos", recuerda Jesús Elías. "Cuando aparecimos, ¡qué descanso! Eso fue tremenda alegría", describe Rene de Jesús Andrade, el rector. "Yo me quedé pasmado de la emoción. Me volvió el alma al cuerpo", concluye el coordinador del Cepad.

Pedir ayuda

"El premio nos llegó como una posibilidad más de seguir creciendo. Cuan­do yo empecé el proyecto no sabía de premios, no tenía idea de eso, pero lo que obtuvimos nos reto a ser mejores. Nos sentamos y dijimos:  Un momentico , nos ganamos esto pero vamos a demostrar que sí somos lo que en realidad significa ese premio'" reflexiona Elías.

Uno de los grandes méritos del comité es la autogestión. "Yo me man­tengo en la Alcaldía de Medellín buscando, gestionando. Le busco amigos y aliados al proyecto, y se los encuentro. En este momento trabajamos con las secretarías de Medio Ambiente, Salud y Cultura Ciudadana, además de que participamos de proyectos especiales como los de movilidad, erradicación del dengue y el uso racional de los servicios públicos.

Tambi
én hacemos parte Fundación Medico Preventiva", asegura Jesús Elías, quizás para muchas personas, incluso dentro del Félix, el trabajo del Cepad se reduce a hablar de prevención y a atender las posibles emergencias en la institución, pero sus labores se proyectan a la comunidad.

Una de las acciones invisibles, pero que han marcado la diferencia, es que muchos alumnos han creado el plan de emergencias en sus hogares; tambi
én, el grupo ha capacitado a personas de los barrios aledaños en cuatro líneas básicas: prevención de riesgos en casa, riesgos laborales, desastres naturales y cuidado de la salud.

El Cepad, articulado con la especialidad en informática que ofrece el colegio creó una página web para acercarse más a la comunidad educativa y las personas interesadas en asuntos de prevención. La dirección es 'www.culturadelaprevencion.es.tl

 

Por el momento, los estudiantes continúan como fichas del tablero de ajedrez mientras bajo la lluvia, reciben información que, aunque hoy les puede sonar reiterada, en el futuro podría salvarles la vida. Se escucha la orden de volver a los salones. Ya la alarma no retumba; los silbidos y la gritería del colegio se disipan al abrirse las puertas de las aulas de clase. El ajedrez queda vacío y cubierto de agua. El Cepad vuelve a su Rincón de la prevención, donde en una hoja con su himno les recuerda algunas de sus consignas: "Vos, mejor investigués, mejor que aproveches el tiempo que tenés. Y así sabrás qué hacer en todos los desastres, sin olvidar el antes, el durante y el después".

 

ERES EL VISITANTE NÚMERO
 
BRIGADAS
 
Son aquellas que velan para que la comunidad educativa pueda entrenarse para el ciclo del desastre: Antes, Durante y Después.

http://iessuel.org/ccnn/flash/terremare.swf
ORGANIZACIÓN DEL CEPAD
 
RECTOR: René de Jesús Andrade
COORDINADOR DEL CEPAD: Jesús Elías Pérez
PRESIDENTE: Estíven Ramírez Betancur.
SECRETARIO: Daniel Esteban Mesa
ENLACES IMPORTANTES
 
SISTEMA MUNICIPAL PARA LA PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE DESASTRES